reparaciones


Me ha descrito las posibilidades que tenía un ciudadano [en la RDA] cuando, por ejemplo, se le estropeaba un electrodoméstico. La primera vía era la legal. Tenía que dirigirse a una oficina y solicitar la reparación. Allí le entregaban un vale para pagar al técnico, y le tocaba ponerse en contacto con este, quien, por lo general, no tenía ningún hueco libre en la agenda para las siguientes semanas. Aquí es donde aparece por primera vez la informalidad: lo de la agenda podía arreglarse con una "motivación" de veinte marcos... Entonces todo iba mucho más rápido, el trabajador se presentaba en casa más o menos a la hora convenida, y se desarrollaba entonces la escena del Kafé und Kuchen [café y pastel] antes de ponerse con la reparación. Era habitual que hubiera problemas porque se necesitaba cambiar alguna pieza difícil de conseguir, etc.
La segunda vía consistía en avisar a un "manitas" conocido y pedirle ayuda, a menudo a cambio de alguna mercancía (más deseable que el dinero) o de marcos de la RFA. Estos eran muy preciados porque se trataba de una moneda establa que permitía asegurar los ahorros.

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