cuando el Estado llama a la puerta
En un momento dado de la conversación, alguien llamó a la puerta y S. contestó por el portero automático. Obtuvo una respuesta confusa y no abrió. Tanto ella como D. se pusieron en guardia ante la posibilidad de que fueran los inspectores que buscan posibles fraudes en el impuesto que ha de pagarse en Alemania por cada aparato de televisión, cada radio y cada ordenador conectado a Internet.
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