La Fàbrica
Sé que es absurdo, pero a veces no prestamos atención a algunas cosas interesantes por excesivamente familiares, por llevar tantos años oyendo hablar de ellas en casa, tantos años acogiendo todas esas historias con una especie de desdén adolescente... En especial me pasa con aspectos de la cotidianeidad aragonesa y flixanca, ambas por lo general mucho menos fotogénicas que la efervescencia urbana de Barcelona y del resto de lugares cosmopolitas por los que he ido deambulando.
Anoche, por obra y gracia de TV3, una de esas historias tan familiares se convirtió en un documental. Mientras lo veía, los caprichos, desastres y disparates de la era (post)industrial, a los que tanta atención voy a dedicar en estos años de investigación postdoctoral, se me aparecieron de repente en versión ultraconcentrada:
Tras el previsible bombazo que se ha producido en el pueblo de Flix, propiciado por la impudicia del prime time, voy recogiendo las impresiones de algunos flixancos allegados. Hablando con ellos se me hace evidente, más allá de los interrogantes formulables con cierta distancia, la inmensa dimensión afectiva del problema. Esto afecta a la óptica, incluso, de quienes en su día eligieron -pudieron elegir- algo distinto al trabajo en "la fàbrica", y hasta a la de quienes abandonaron el pueblo hace ya décadas. Y es que, ¿cómo sobreponerse a la imposibilidad de conciliar "lo riu", "lo poble" i "la fàbrica", tres lados de un mismo triángulo pretendidamente perfecto que sólo recientemente ha empezado a resquebrajarse?
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PD: Indagando sobre hacia dónde se pretende reorientar la economía flixanca para huir del actual monocultivo, he encontrado un par de cosas:
- una noticia reciente sobre un proyecto de complejo hotelero
- un reportaje dirigido a potenciales inversores franceses (véanse los minutos 21-27)
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