¿A qué huele lo que no huele?

No salía de mi asombro ante los fastos de ayer, y por fin he encontrado con qué ilustrarlo:

Juan Antonio Samaranch valora la figura de Franco con motivo de su muerte

Toma espíritu olímpico... Tanta asepsia, tanta pose apolítica y filantrópica, es sencillamente imposible, necesariamente oculta un radicalismo del rancio.



Pero ayer, en el Palau de la Generalitat, se honró a esta figura de vergonzante biografía política como si se tratara de un jefe de Estado (de los no elegidos democráticamente, claro, todo cuadra), y nadie se ha rasgado las vestiduras, como si fuera lo más normal del mundo.

En estos tiempos de tanta institucionalización de la memoria histórica, no pude evitar sobresaltarme al escuchar por la radio a nuestro President alabando al ex-presidente del COI (y ex-más cosas) por haber sabido cambiarse de chaqueta durante la transición en lugar de quedarse anclado en el pasado. ¡Desde luego, hay que reconocerle una gran habilidad en ese sentido! Como también fue hábil, parece ser, en las nobles artes del doping y la corrupción dentro del Comité Olímpico, pero esas pequeñeces la verdad es que me traen sin cuidado.

El caso es que los medios, junto con la clase política (a excepción de alguna voz en EUiA) y nuestros héroes del deporte, parecen ir todos a una:
- 3cat24 (la tele y radio públicas)
- La Vanguardia
- El País
- Público
- El Periódico (con una breve alusión a las críticas en el párrafo final)
- El Punt
- El Mundo
- El Mundo Deportivo
- Marca
- Cadena Ser

De modo que, aparte de los ciberlectores que hacen comentarios más o menos agudos a las noticias de la "prensa seria", sólo los de Vilaweb se molestan en llevar un poco la contraria... y luego, por suerte, hay también algún opinador que, a título personal, se ha molestado en rastrear la prensa extranjera en busca de otras visiones:
- Le Monde
- The Guardian
- Die Zeit (con una tibia alusión al orgullo de Samaranch por su pasado franquista)

Menos mal.

El Delta Negat

Un documental sobre la destrucción del delta del Llobregat, filmado antes del estreno de la nueva terminal del aeropuerto y, por tanto, antes de que los hechos estuvieran del todo consumados...


El Delta Negat from eldeltanegat on Vimeo.




Quizá lo primero que me llama la atención sea el paralelismo entre la queja de un vecino, acerca de cómo la comarca del Baix Llobregat se ha sacrificado ya demasiado en pro del bien común, y el discurso que también se emite desde la Ribera d'Ebre, lugar de centrales nucleares, pantanos, plantas químicas y ahora, quizá, cementerios de residuos radioactivos.

También me parece interesante la reflexión acerca de cómo las grandes ciudades, con todo el brillo y el esplendor de sus centros, generan una enorme trastienda de territorios castigados por infraestructuras variadas (carreteras, depuradoras, aeropuertos...). La pregunta, claro, es hasta qué punto es deseable y sostenible ese modelo.

Y el tercer elemento que destacaría, más poético si se quiere: pájaros y aviones estorbándose mutuamente en el aeropuerto y el humedal que está en sus inmediaciones. Al parecer, en estos tiempos tan tecnológicos, las aves siguen siendo una de las principales amenazas para la seguridad de despegues y aterrizajes. Al mismo tiempo, evidentemente, el avance del cemento va constriñendo la posibilidad de que las aves migratorias continúen haciendo escala en este rincón de la costa mediterránea, aunque quienes han visitado la reserva natural cuentan que es sorprendente ver cómo los pajaritos se han vuelto indiferentes ante el ruido ensordecedor de los aviones (que sí molesta, desde luego, a los humanos que pueblan la zona, como los habitantes de la urbanización Gavà Mar). Además, uno de los expertos que aparecen en el documental afirma que, aunque las aves dejaran de hacer un alto en el delta del Llobregat, su trayectoria seguiría pasando por aquí porque tiende a reseguir la costa.

En fin, acabo contextualizando: todo esto forma parte de una batalla probablemente perdida, la de recuperar o conservar lo poco que queda del Baix Llobregat tal y como era antes de convertirse en el actual caos urbanístico y periurbano. Dado que los intentos conservacionistas oficiales no son suficientemente enérgicos al no traducirse en una auténtica voluntad reguladora (en el documental alguien afirma que los terrenos agrícolas del Delta se están vendiendo a precios de manzanas del Eixample), aparece un conjunto de luchas más pequeñas, como el intento de salvar la última zona agrícola de l'Hospitalet, en torno a Cal Trabal, junto al hospital de Bellvitge y una maraña de ejes viarios.

nieve en Can Serra

nieve en Can Serra