26 de agosto

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De camino hacia casa me perdí por barrios no tan céntricos, con grandes espacios abiertos y bloques de casas enormes. Supongo que era lo que me había dicho S.: bloques socialistas que en su día eran la opción cómoda frente a las incomodidades de las vivendas del centro... Pasé por una especie de supermercado ruso, con el rótulo sólo en cirílico. Delante había un señor y un chico cocinando algo en un puestecillo... ¡y ni un alma en kilómetros a la redonda!
También, ya en Friedrichshain, pasé por una tienda llamada "Der Vorwende Laden" ("la tienda de antes de la caída del muro"). En el escaparate había todo tipo de objetos con pinta simplemente de antiguos. Supongo que a un antiguo habitante de la RDA todo aquello debía resultarle familiar, pero a mí no mucho: libros, vajilla y poco más...
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