27 de agosto

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Pongo rumbo a la Oststrand, donde he quedado con S. y D. De entrada me da la sensación de algo más cerrado y exclusivo: se accede por una puerta en el mismísimo muro (en la East Side Gallery), y hay un segurata que controla el contenido de la mochila de un chico que entra delante de mí. No sé si hay que pagar entrada. Por fin me decido a asomarme, y me encuentro con arena de playa, música latina (la fiesta reggaeton parece haber acabado) y mucha gente en hamacas y en mesas. Hay algunas familias que parecen caribeñas, con niños bastante pequeños bailando por allí.
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Le explico a S. mi barbacoa en Treptow, y me dice que la próxima vez me fije en el monumento soviético que hay en el centro del parque. También le cuento lo de la manifestación en Rigaerstrasse, y me dice que hay una cada semana... Lo dice con cierto aburrimiento. Cuando le digo que estuve por los bares de la Rigaerstrasse, me pregunta si A. y L. se llevan bien con los punkies... ¡y yo le respondo que ellos son más bien punkies!
Hablamos otra vez de la "naiveté" de la relación que los alemanes tienen con el Estado: si te declaras de alguna religión, tienes que pagar 150 euros mensuales a la iglesia en cuestión, mientras que, si no, no pagas nada. ¡ A ella le han mandado hace poco una carta diciéndole que no les consta su confesión! Evidentemente, ha contestado a todo que no.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

En Austria también existe esto del dinero para la Iglesia (exclusivamente católica, en el caso austríaco). Se ve que pagas según tu salario, a no ser que te des de baja de manera muy formal. Y si lo haces, y después te quieres casar por la iglesia, por ejemplo, pues tienes un problema. Y si no pagas sin haberte dado de baja, te pueden hasta embargar el dinero de tu cuenta.

Parece que la cosa la instauró Hitler, con ganas de atrerse a la jerarquía católica, supongo, y así se ha quedado.

Claro que, bien mirado, tampoco es tan mal sistema. Quiero decir que aquí en España pagamos igual, pero todo es más oscuro (creo que, independientemente de la gente que marque la crucecita, el Estado subvenciona a la Iglesia católica con lo que han pactado)...