los días claros


Decía que aquel miércoles fue algo menos oscuro, y la afirmación es a la vez metafórica y literal. En los días claros, no necesariamente soleados porque sería mucho pedir, se me deshilacha el nubarrón de la cabeza y me entran ganas de salir a pasear y a hacer fotos. De ahí el sesgo que presentan estas últimas: pareciera que Berlín es un lugar de cielos altos, ¡pero eso no es así a diario!

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