Abendbrot


Encontré a J. atareado, preparando un Abendbrot [cena] bastante copioso. Observé cómo colocaba cuidadosamente el embutido en los platos, cómo cortaba el pan y lavaba los tomates. Me conmovió que hubiera preparado todo aquello para mí... Y, pese a que acababa de comer algo en casa (de nuevo este desorden mío con las comidas), quise hacerle aprecio. Me fijé en que los embutidos eran comprados a granel, y estaban envueltos en un papel como de colmado antiguo. Yo no sabría dónde encontrar tal cosa en este país de lleno de alimentos envasados... También el pan era sobrio, oscuro, sin las semillas ni los frutos secos añadidos que acaban configurando las "veinte variedades de pan" que tanto hacen recelar a algunos ciudadanos de la antigua RDA.

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