¡vigilen esa Bäckerei!
La semana pasada le llegó a M. una carta interesante. La Hausverwaltung [administración de fincas] informa a los inquilinos de la inminente apertura de una Bäckerei [panadería] en uno de los locales del edificio. Efectivamente, ya habíamos observado movimiento: habían estado pintando las paredes de color naranja. Pero el contenido de la carta era mucho más sorprendente que un simple anuncio: se conminaba a los inquilinos de las viviendas a vigilar el cumplimiento de algunas condiciones. En primer lugar, la Bäckerei no podrá vender bebidas alcohólicas, para evitar que se reúnan personas a beber ante la casa. Una eventualidad incompatible con el prestigio de que goza nuestro edificio, sin duda el más moderno de la zona. Además, de manera más comprensible si son esos los términos del contrato, la Bäckerei tampoco podrá usar los contenedores de basura de la finca. Me resulta chocante esta responsabilización del resto de los vecinos, justificada sobre la presernvación de su propio bienestar (tranqulidad y "honorabilidad", manteniendo lejos a los alcohólicos del barrio) y de sus intereses económicos (puesto que pagan impuestos para que se les recoja un determinado volumen de basura), pero en el fondo poniéndose al servicio del provecho de la inmobiliaria. Cuando lo comenté con T., le hizo mucha gracia y bromeó aludiendo a la vigilancia mutua entre ciudadanos en tiempos de la Stasi.
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