10 de octubre

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Anduvimos por la Boxhagenerstrasse y entramos a explorar el cementerio que hay junto a una iglesia de ladrillo claro. El cementerio es pequeño, con todas las tumbas en el suelo y fechas muy variadas en las lápidas: desde la Segunda Guerra Mundial hasta años recientes... Como alguien observó, muy pocas tumbas tenían alguna cruz en la lápida. Había algunas personas mayores visitanto el cementerio, arreglando las flores, y una señora también de cierta edad rastrillaba la tierra de los caminillos. A la entrada, en un rincón, había una colección de regaderas marcadas con letras y atadas con cadenas como de bicicleta. Deduje que las dejaban allí los propios familiares. Como ocurre a menudo en Berlín, nadie hubiera dicho que estábamos en medio de una gran ciudad...
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