19 de octubre

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El formato de entrevista que propuse fue el siguiente: yo me había preparado las preguntas en inglés, y las iría formulando en ese idioma. W. las traduciría al alemán e I. contestaría. Sólo en caso de necesidad le pediría a W. que tradujera en la otra dirección. En la práctica, sin embargo, la cosa fue algo distinta: mi inglés era dificultoso en aquel contexto, W. se olvidaba de traducir en ocasiones y decidía contestar él mismo, ¡y yo tuve que encargarme alguna vez de la traducción al alemán! En cualquier caso, apenas recibí "inputs" en inglés en toda la velada, a excepción de alguna aclaración de vocabulario: W. insistía, en el fondo con razón, en hablarme en alemán. También ocurrió alguna vez, sobre todo hacia el final, que W. e I. derivaran hacia alguna conversación sobre el Tauschring (red de intercambio) ante la que yo pude instalarme cómodamente como espectadora. En el fondo aprovecharon aquel encuentro para decirse también otras cosas. Incluso hubo un momento en el que me sentí expulsada de esa cierta comodidad: hablaron durante unos minutos sobre personas del Tauschring y sobre el grado de compromiso de estas, hasta que se acordaron de mi presencia y se dieron cuenta de que no era momento para ello.
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