6 de octubre

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Efectivamente, H. también vive en el Hausprojekt. Entramos por una puerta del patio y subimos cuatro o cinco pisos por una escalera muy animada: casi en cada piso había alguien a quien H. saludaba. La casa resultaba muy acogedora y estaba en buen estado, pero no resplandecía como una casa recién reformada. Había parquet y bastantes muebles. Inevitablemente, me pregunté si yo sería capaz de vivir en una situación de sociabilidad constante: eran treinta y seis adultos y cinco o seis niños compartiendo algunos espacios comunes (el bar-sala de reuniones, una sala de TV, el patio interior...), y subdivididos en "living groups" de cuatro o cinco miembros que comparten una cocina, alguna otra dependencia... y el buzón.
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