14 de octubre

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En primer lugar, en una publicación gratuita del barrio había leído sobre la existencia de un "Intershop 2000", una tienda de los tiempos de la RDA que, al parecer, se alimenta de la famosa "Ostalgie" ("nostalgia del Este"). Me había apuntado la dirección y quise ir a echar un vistazo. Está en una de las calles perpendiculares al río, entre el Oberbaumbrücke y el puente de Treptow. Es una zona desangelada, con restos de alguna industria relacionada con la navegación fluvial, pero no da sensación de abandono: los pocos edificios de viviendas parecen saneados recientemente, y hay varias extensiones de hierba no selvática, de lo que se deduce que alguien se ocupa del mantenimiento... Entré en la calle en cuestión, Ehrenbergstrasse, y me extrañó que sólo parecía haber algún edificio residencial, desde luego sin ningún local comercial, además de los "prados" que acabo de describir. Pues bien, en uno de esos "prados" descubrí dos barracones prefabricados con una forma que recordaba vagamente algún tipo de construcción rusa: el tejado de doble vertiente, pero extrañamente redondeado. Uno de los dos barracones estaba cerrado a cal y canto, y creo que inaccesible a causa de una valla de alambre. El otro, no obstante, estaba bien abierto. Sobre la puerta había una sigla que no entendí: una "M" roja y amarilla. De un postigo enorme que debía proteger toda la fachada frontal, pero que ahora estaba abierto, colgaba una banderola roja con unas letras amarillas que decían algo sobre el Arbeitersbewegung (movimiento de los trabajadores). Tres sillitas de colores sostenían el postigo y, justo al lado, había uno de esos carteles que las tiendas sacan a la acera para informar a los viandantes de su existencia. En el cartel, escrito a mano, ponía "Intershop 2000". La puerta estaba abierta y, a ambos lados, había unos escaparates mínimos por donde asomaba un abigarramiento de objetos: productos de limpieza, juguetes... ¡y también algún alimento! Me pregunté de dónde debía provenir todo aquello: ¿mantendrán las grandes empresas occidentales, fagocitadoras de toda la producción de la RDA, una "línea de productos Ossi" para satisfacer a la clientela más recalcitrantemente "ostálgica"? A juzgar por lo polvoriento que estaba todo, esa posibilidad no acaba de cuadrarme. En cualquier caso, aquellos objetos tenían un aspecto mucho más "auténtico" que los souvenirs pseudosoviéticos que se venden en torno a la Postdamer Platz... ¡Desde luego, el protagonista de "Goodbye, Lenin" habría podido seguir engañando a su madre hasta hoy si hubiera conocido este "Intershop 2000"!Se oían voces dentro de la tienda. Esperé un momento para ver quién salía: una pareja en torno a la cincuentena que, a juzgar por las efusiones de la despedida, debían conocer al tendero. Se desearon mutuamente un "schönes Wochenende" ("bonito fin de semana") y se alejaron por la acera hasta montarse en un coche bastante nuevo. ¿De modo que aquellos eran los "ostálgicos"? ¿Gente de la edad de mis padres que no renuncian a comprarse un coche nuevo, pero que tal vez siguen prefiriendo su detergente "de confianza" desde los tiempos de la RDA? La verdad es que no vi lo que habían comprado: salieron con una bolsa de plástico transparente en la que se distinguían dos o tres paquetitos envueltos en papel de periódico... ¿Cuánto tenía todo aquello de "auténtico" y cuánto de reinventado? ¿Compraba allí la gente objetos para regalar, buscando la sonrisa cómplice o el suspiro por los viejos tiempos en el momento de retirar el papel de periódico? ¿O bien se tratará más bien de compras cotidianas, regidas por la inercia de la costumbre? Está claro que todo esto no es ni mucho menos central para el tema que me ocupa aquí, pero, en cualquier caso, no deja de intrigarme...
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