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El caso es que se me ha contagiado la euforia que se vive en sitios como este cuando sale un día como el de hoy. Y, a mediodía, tenía ganas de aprovechar el sol. Quizá tenía que ver también con una cierta insatisfacción que he ido acumulando estos días: me he dedicado demasiado a "mis papeles" y he salido de casa estrictamente para ir a clase y para las entrevistas. (...). Estaba echando de menos un poco de "dolce vita" berlinesa, porque eso también es realidad social cotidiana, y porque para transcribir ya tengo las noches y los ratos de lluvia...
De modo que, después de comer, he cogido la bicicleta y la cámara de fotos con la idea de descubrir algunos rincones inexplorados -o no suficientemente recorridos- de Friedrichshain. He comenzado por los tres Nachbarschaftsgärten (jardines vecinales) en torno a la Voigtstrasse. Fue el propio J. quien me los indicó. A llegar al primero de ellos, he descubierto un cartel explicativo. Y me he encontrado con la sorpresa de que, detrás de la iniciativa, hay nada menos que dinero público y, para más "inri", una empresa gestora subcontratada (Stadtbau g.m.B.H.). Si no he entendido mal, esto garantiza en cierto modo que el propietario no va a reclamar de momento el terreno... El cartel hablaba de "los vecinos del Samariter Viertel", e invitaba a la participación de los mismos en un Arbeitsgruppe (grupo de trabajo), supongo que para el mantenimiento del jardín. Conclusión: la administración municipal, que evidentemente ya tendrá su sección de "parques y jardines", delega en la acción voluntaria -el trabajo- de los ciudadanos. Dejándoles, supongo, un cierto margen para la toma de decisiones... ¡siempre que se respeten los principios básicos de la propiedad privada!. En definitiva, todo esto me ha hecho acordarme de R. y de su investigación en Salvador de Bahía. Y de la red de alcantarillado que los propios vecinos han de mantener... ¡He aquí las nuevas tendencias en gestión municipal "participativa"!
El primer jardín estaba relativamente accesible, aunque con la vegetación bastante crecida... y con ciertas evidencias de que allí no actúan los servicios municipales de limpieza. Un chico estaba paseando a su perro... y no he visto que este uso estuviera explícitamente prohibido. En el segundo jardín me he encontrado con una sorpresa interesante: tenía su acceso principal clausurado (la puerta que daba al chaflán), y, justo allí encima, había un enorme anuncio de la inmobiliaria que pone en venta el solar. Dentro había bastantes indicios de que los vecinos habían hecho usos variados del jardín: mesas, bancos, juegos de niños, recipientes y regaderas, algunas flores cultivadas. En la puerta, un cartel prohibía el acceso a los perros, y pedía a los usuarios colaboración en el mantenimiento del espacio. También me he encontrado un panel equivalente al del primer jardín... ¡evidentemente obsoleto, a juzgar por la "iniciativa" de la empresa inmobiliaria! El tercer Nachbarschaftsgarten estaba en estado selvático, con una vegetación espesa que incluía una especie de lianas...
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