16 de septiembre

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Fuimos a cenar a Prenzlauer Berg, el antiguo barrio de S. Quería enseñarme un lugar llamado "Tante Grunilda" donde se cena pagando la voluntad. Llegamos en coche -por primera vez apreciié cómo las distancias berlinesas se acortan en ese medio- y demasiado temprano: el restaurante aún no estaba abierto. Sin embargo, nos dejaron sentarnos en una mesa junto a la puerta. Más tarde nos trasladaron hacia dentro, a una estancia angosta donde sólo había tres mesas mínimas. El lugar era todo él muy peculiar, decorado por acumulación de objetos sorprendentes: muñecas, coches de juguete, peceras, muebles antiguos y muchas velas en recipientes variados. Esa era la única iluminación del local. La cocina no estaba separada del resto ¡y había que atravesarla para llegar a los servicios! El "chef" era un personaje teatral, maquillado y peinado conun moño, que anunciaba el menú -sin opciones para elegir- con un acento extraño que identifiqué como vagamente italiano. Al entrar nos había explicado el funcionamiento nada convencional del establecimiento: antes de sentarse, se espera que cada comensal introduzca una moneda en una hucha con forma de ángel que emite una luz y un sonido. Después de la cena, y en función de su satisfacción, los clientes dejan la cantidad de dinero que decidan en una enorme copa de cristal. Me pregunté, claro, cuál debe de ser la media que paga cada una de las personas que pasan por allí...
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quina és la funció de l'àngel_guardiola ( hucha )? per mi el que fa és recordar al client que no és un servei gratuït, sinó que després de sopar pot pagar el que vulgui ( potser zero ). La idea de que el client i el que decideix els preus siguin la mateixa persona em sorprèn, no hi estic acostumat; finalment, no he pogut evitar pensar amb la possibilitat que aquesta estratègia de cobrament sigui una tàctica més de marketing: podria ser que el tipus de client majoritari, al trobar-se amb la responsabilitat de decidir el preu, se senti per un moment partícep del negoci i decideixi per tant deixar una quantitat... significativament superior a la que pagaria en un restaurant "normal"!

p i r e n e 1 9 7 9 [at] h o t m a i l . c o m dijo...

la interpretación de que es "una estrategia más de marketing" vendría en efecto a demostrar que el mercado todo lo fagocita... y sí, estoy de acuerdo en la función mnemónica del angelito: es más difícil que se te "olvide" pagar al salir...
en cuanto a tu "incomodidad" ante la situación de tener q decidir cuánto pagas, justamente el otro día en una entrevista me describían algo parecido. se trata de una persona que tiene un proyecto y que de vez en cuando recibe a personas que han de trabajar unos días para el proyecto a cambio de no tener q pagar alguna multa o sanción. cosas originales de la justicia alemana. el caso es que, muchas veces, esas personas llegan allí y esperan recibir órdenes. pero, en lugar de eso, mi "informante" les dice que elijan una tarea que de verdad les interese. entonces cunde el pánico, y ha llegado a dares el caso de que alguno de ellos ha preferido marcharse. no sé... quizá es q tenemos poca tolerancia hacia las situaciones de cierta ambigüedad.